domingo, 20 de diciembre de 2009

A flickr

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viernes, 16 de octubre de 2009

Instalando halógenos

Vamos a necesitar un taladro, una sierra de corona, un alargador, un metro y un lápiz, para empezar. Con ayuda del metro y el lápiz, señalaremos en el techo los puntos donde pondremos los halógenos (el centro), dejando siempre al menos 40cm con las paredes u otras estructuras.

Luego mediremos el diámetro del agujero del halógeno (si no viene indicado), ajustaremos la sierra de corona y a perforar. Si el techo no es talla sino bovedilla, más vale que lo haga un profesional.

Preparamos tramos de tubo precableado (se hace un nudo en los extremos para que no se pierda el cable dentro del tubo) y lo pasamos desde el punto de luz original a cada uno de los agujeros que hemos hecho (montaje en paralelo). Después, con varias regletas, unimos todos los neutros por un lado, y todas las fases por otro (la tierra también si se quiere, pero los transformadores no suelen llevar esta toma, así que es tontería).

Conectamos los cables a su transformador en cada agujero, y por el otro lado enganchamos el portalámparas del halógeno.

Los transformadores tienen una entrada para alta tensión y el extremo opuesto para baja, donde va el portalámparas. ¡No confundirlos!

Colocamos los aros en el hueco habilitado, dejando el portalámparas visible para conectar el foco halógeno y ubicarlo en su sitio. Dependiendo del aro, quizás haya que poner la bombilla primero.

Para terminar, sólo queda comprobar el funcionamiento de la instalación y tapar con escayola el agujero original.

jueves, 15 de octubre de 2009

Separar puntos de luz


Ok, partamos de un grave fallo de diseño de la constructora. Tres puntos de luz en el comedor, dos interruptores. WTF??? Eso significa que uno de los dos interruptores enciende dos puntos de luz, con el gasto que eso supone en tiempos de crisis.

Vamos a separarlos en 3, uno para el plafón de encima del sofá, otro para la lámpara de la mesa, y un último para poner unos halógenos en un rincón.

Lo primero es localizar y destapar el registro de pared a donde van a parar los cables de los tres puntos de luz y de los dos interruptores que tenemos.

Seguidamente pasaremos un pasacables por dentro de los tubos de la luz (ojo con no electrocutarse) hasta llegar al registro de pared, a fin de identificar los tres puntos de luz. Seguramente podremos ignorar el neutro (azul).

Nos interesa que bajen, desde el registro hasta el interruptor, un cable con la fase (gris, marrón o negro) y un cable por cada punto de luz (marrón o negro) para llevarle la fase a cada uno después de conmutarla. Pues bien, con dos interruptores habrá una fase y solamente dos de estos cables, así que hay que localizar los dos que van juntos y separarlos. Pan comido.

Hecho esto, basta con conectar la fase a cada uno de los interruptores, y cada uno de los interruptores a uno de los cables que hemos bajado desde los puntos de luz. Si los interruptores los ponemos con piloto luminoso, como en la fotografía, el esquema es ligeramente distinto, pero igualmente sencillo.

viernes, 9 de octubre de 2009

Estado actual del salón


En cuando venga el carpintero a ponernos la puerta y los marcos, habremos dado un paso importante. Faltará llamar al cristalero para que mida los huecos de los cristales y esperar a que venga a ponerlos.

En las fotos, más o menos el estado actual del salón (en la primera foto faltaba rematar la junta del techo con la pared).

En el próximo episodio, aprenderemos a cambiar la distribución de los interruptores del salón a nuestro gusto, instalaremos lámparas y montaremos halógenos.

Pintar


Continuando la entrada anterior, una vez tenemos los premarcos y los obreros han construido la pared y colocado el rodapié de la escalera, es el momento de empezar a pintar.

Material para paredes lisas:
  • Rodillo de pelo corto y pértiga
  • Brocha redonda de recortar
  • Pincel fino para rematar
  • Cinta de carrocero
  • Papel de periódico o propaganda
  • Cubeta para la pintura
  • Pintura para la nueva pared
  • Pintura blanca para el techo (ojo, de la misma marca y modelo que la que había, no todos los blancos son ni remotamente parecidos)
  • Lija para pared
  • Aguaplast
  • Cubeta para el aguaplast
  • Paleta
Empezaremos por ponernos ropa de guarrear (obviedad) y cubrir rodapiés con cinta de carrocero y papel de periódico, para no pintar encima. Tapamos también el suelo para las gotas que puedan caer.

Empezamos por lijar pared y techo, para quitar imperfecciones que hayan dejado los obreros, aunque sin cebarse a rascar. Hecho esto, cubiertos de polvo como estamos, preparamos pintura blanca en la cubeta y damos una mano o dos con el rodillo al techo y a la nueva pared. Se debe pintar en varias direcciones, queda mejor si la primera mano es en horizontal + diagonal, y la segunda completamente en vertical. Trucos: escurrir bien el rodillo para que no gotee, no apretar y distribuir bien la pintura.

Cuando seque (6 horas es suficiente) buscamos imperfecciones y arañazos en la pared, que los habrá, y los cubrimos con aguaplast. Las instrucciones para hacer aguaplast vienen en la caja, pero vamos, consiste en mezclar el polvo con agua, ligarlo bien para que no quede ni muy denso ni muy líquido, y aplicarlo con la paleta. Cuando seque el aguaplast se lija otra vez por si quedan imperfecciones.

Seguidamente pintamos la pared de su color, si la pintura es buena con 2 manos bastará. Ojo al llegar al techo, no acercarnos demasiado con el rodillo para no mancharlo. Lo mejor es cubrir el techo, en la parte en que se une con la pared, con cinta de carrocero a trocitos cortos y (muy importante) sin apretar para no llevarnos la pintura detrás cuando la quitemos. Las esquinas que hayan quedado sin pintar porque el rodillo no llega se pintan con la brocha de recortar. Si al retirar la cinta de carrocero del techo se ven fallos, se pueden corregir con el pincel fino.

Para terminar, retiramos toda la cinta de carrocero y los periódicos del suelo y dejamos secar.